El reconocido periodista César Hildebrandt afirmó en Chiclayo que los estallidos de violencia son la consecuencia de la incomunicación. Y mientras no se admita que somos varios Perú, y que debemos tener comunes denominadores, vamos a estar con el Sur levantado, el norte en ascuas; y Lima siempre pensando en la conspiración. (Entrevista: Jesús León Ángeles *)
Gabriel García Márquez decía que hay dos elementos fundamentales que faltan dentro de la formación académica, que es la ética y la práctica. ¿Qué nos puede comentar respecto a la formación que se da a los jóvenes en una universidad?
HILDEBRANDT.- Yo estoy -igual que Gabo- convencidísimo de que una gran omisión de las escuelas de periodismo es la ética; que no es la deontología profesional, sino simplemente el sentido del bien común; dónde termina el egoísmo y dónde empieza el interés comunitario. El periodista que no sirve al bien común no sirve a nadie. También es cierto que la práctica cotidiana debería subrayarse más; el cómo poner un micrófono, el cómo establecer un diálogo, el cómo repreguntar. Pero lo más importante es la ética. Porque un periodista puede ser muy talentoso, estar muy bien informado y ser un sinvergüenza. En cambio, un periodista puede tener muchos déficits, muchas lecturas por hacerse; y, sin embargo, tener un gran instinto de la ética; y eso, lo acredita; le da un gran valor añadido, difícil de encontrar.
La gente lee menos ?
HILDEBRANDT.- Otro elemento que es importante en un periodista es la lectura. Hace poco leía que en la Universidad de Missouri para el próximo año, para aprobar sus asignaturas los jóvenes deben llevar un Ipod para descargar material académico y en base a eso sustentar sus cursos. ¿Qué está pasando? ¿La inteligencia se está reemplazando por la tecnología; o es que se quiere convertir al periodismo en un sustantivo y lo digital en un adjetivo en el afán de decorar al periodismo?- El problema no es la informática, ni el Ipod, ni la lectura digital, ni el soporte si es papel o es electrónico; el problema es que la gente lee menos cada día más; que en muchas escuelas de periodismo no se exige leer, sino lo elemental, lo utilitario; y hay periodistas, digamos inminentes, próximos, que no han leído lo que deben leer. ¿Y qué debe leer un periodista? No sólo cursos o manuales, esas cosas que en realidad sirven de muy poco. Lo que debe leer el periodista es todo aquello que lo conduzca a una cierta cultura humanista básica; un periodista sin cultura humanista básica, una veleta sometida a los vientos y a la mala educación de los políticos; insegura por sus agujeros negros culturales, que está virtualmente desamparada. Yo creo que ahí hay un descuido general. El periodista debería tener una formación básica en humanidades, en literatura, en arte, en ciencia, sí. Y hay un evidente matrimonio entre ese bagaje cultural y la posibilidad de hacer una pregunta. Sí, aunque parezca mentira. De ese bagaje sale el repertorio, en todo caso, de un entrevistador. La formación está descuidada, la lectura descuidada; se ha perdido el prestigio del texto, y eso debe recuperarse; porque, en todo caso, lo que estamos haciendo es condenar a los periodistas a que sean alcanzadores de micros y entrevistadores de ministros en las escalinatas de palacio; y ese es un destino muy trágico.
El problema de la incomunicación ?
HILDEBRANDT.- Hemos sido testigos de lo que ha pasado en la Amazonía, en el sur. ¿Cómo periodista, a qué cree Ud. que obedece esta crisis, estas decisiones tal vez erradas?- Se debe a que nos desconocemos mutuamente, nos exterminamos simbólica y mutuamente. Los selváticos piensan con toda la razón que Lima no les hace caso, que los ningunea; y Lima, con su habitual arrogancia, piensa que los selváticos son una suerte de subarrendatarios casi no nacionales de una zona remota, en donde no ha habido nunca una importante inversión estatal. Y en este escenario, pues, no puede haber diálogo sino desconfianza y cultura de la sospecha; y el entendimiento es todavía menos posible. El problema aquí es la incomunicación; que el país sigue siendo, desde su fundación, un archipiélago de identidades; y no ha habido un aglutinante nacional que permita pegar las piezas; el Perú es un rompecabezas que no se ha terminado de hacer; y, claro, a veces estalla; el rompecabezas se convierte en violencia y en sangre y en funerales; pero, países que tienen identidades diversas, culturas distintas, lenguajes yuxtapuestos, son países que tienen regímenes como el de España, de autonomías, en donde hay virtualmente un federalismo militante. A nadie se le ocurre en España que en Cataluña, Madrid va a imponer una ley sin consultarle a los catalanes. Es decir, eso es inimaginable. Es inimaginable pensar que en EEUU el señor Obama va a hacer algo que se relacione con el Estado de Ohio, sin consultarle al Estado de Ohio. Pero, como se supone que somos una república unitaria –gran farsa-, entonces, Lima manda. No, Lima no manda; Lima impone. Y pretende que todos obedezcan. Y eso no es, ni va a ser así. Yo estoy con los selváticos. Ahora, no estoy con la violencia; no estoy con la crueldad; no con la barbarie perpetrada contra los policías; no contra la muerte de los diez lugareños de Bagua. Esos estallidos de violencia son la consecuencia de la incomunicación. Y mientras no se admita que somos varios Perús; y que debemos tener comunes denominadores, vamos a estar con el Sur levantado, el norte en ascuas; y Lima siempre pensando en la conspiración. No conspiran contra ti, Lima; tú conspiras contra el país; con tu arrogancia, con tu centralismo, tu egoísmo, tu presupuesto mañoso, tu regionalización falsificada, tu descentralización frustrada; claro, tú conspiras contra un manejo plural y viable del Perú.¿Qué papel ha jugado el premier Yehude Simon dentro de este problema que existe todavía?- Iba a preguntar quién es Yehude… Se refiere al Primer Ministro, ¿no? Yo creo que ninguno. Hubo esperanza de que el señor Simon pudiera ser un negociador eficaz entre el gobierno limeño, el gobierno nacional y las regiones; viniendo de Chiclayo, habiéndolo hecho relativamente bien, existía la esperanza de que él fuera un mediador de estos intereses plurales enfrentados a Lima. Pero no lo ha sido así; lo ha hecho mal; y, cuando ha querido recomponerse, ya habían pasado 34 muertos. Después de 34 muertos ha intentado apagar el fuego y no creo que lo haya conseguido. El problema, además, no es Yehude Simon. El problema es la concepción que tiene el gobierno nacional, de lo que es el desarrollo. El gobierno nacional piensa que el desarrollo pasa inexorablemente por la ampliación de la frontera minera, y por la exploración petrolera sin restricciones. Gran error. No sólo error ambiental, sino error político, social y económico.
La herencia de Haya
En algún momento Ud. dijo que Alan García le había prestado su cerebro y su elocuencia a un grupo de poder que posteriormente se desharía de él y buscaría otro caudillo para colonizar. ¿Sigue todavía Alan García en ese préstamo?-
HILDEBRANDT.- García ha tomado un camino que lo ha obsesionado durante estos años. García ha pensado mucho siempre en Nicolás de Piérola, que hizo un horroroso primer gobierno y un segundo gobierno relativamente respetable. Y García también ha pensado en lo que le decía siempre Haya: el gobierno evidentemente de más éxito en el Perú ha sido el de Leguía. Haya lo reconoció, además, públicamente en una entrevista que le hizo Alfredo Barnechea en los años 70. Haya pensaba que el mejor gobierno era el de Leguía. ¿Y qué hizo Leguía?, pues lo que está haciendo García: rematar el país. Leguía se puso un martillo en la mano y remató el país. Ahora, ¿nos fue bien con Leguía? Dicen algunos que no tan mal; pero, evidentemente, no tan bien como supuso Leguía. La prueba está que la prosperidad falaz de su oncenio terminó horrorosamente mal. Y yo creo que Alan piensa en Piérola, piensa en Leguía y piensa que, además, está acatando la herencia de Haya, que –como todos lo podemos reconocer- también terminó aliado con la derecha. No podemos olvidar que Haya terminó aliado con la Unión Nacional Odriísta, con don Julio de la Piedra, el dueño de (la ex hacienda) Pomalca. Haya terminó de aliado de ellos; ¿y en contra de quién?, del reformista Fernando Belaunde Terry, que era de centro. Haya terminó plena y entusiastamente ligado a los intereses de la derecha. Entonces, cuando a Alan le dicen: traidor, Alan dirá: ¿traidor a qué?, ¿al Haya original o al Haya último? Al Haya original, sí, pero al Haya último, no; es sucesor del Haya último.
No hay democracia sin educación ?
HILDEBRANDT.- Hablando de gobernantes. Alberto Fujimori figura entre los diez ex mandatarios más corruptos en el mundo. Incluso, según Transparencia Internacional, ocupa el sétimo lugar, con 600 millones de dólares robados. Sin embargo, todavía tiene seguidores. ¿A qué atribuye eso?- No nos avergoncemos. Hay muchos pueblos, que dicen estar más avanzados que el Perú y sin embargo siguen -por lo menos en un buen porcentaje-, idolatrando esperpentos. No olvidemos que Augusto Pinochet, asesino en serie; y, además -como se descubrió después-, ladrón, alcanzó 40% de votos en las elecciones de 1990. Y no olvidemos que Augusto Pinochet tiene el 35% todavía de aceptación férrea, pétrea; en el Chile de hoy 35% de chilenos siguen pensando que Pinochet fue un gran gobernante. Dígale Ud., a los sofisticados amigos chilenos, ¿qué significa eso? Significa que la lectura ética no la hacen todos. Hay gente que prescinde de la ética y se va a la simpatía, a la eficacia; o, simplemente, gente que ama la barbarie, que desea la barbarie, que sueña con la barbarie. ¿Qué cosa quería Guzmán? Quería un gobierno como el de Pol Pot en el Perú; es una barbarie absoluta. Y los que combatieron a Guzmán y llegaron a formar el grupo Colina ¿qué querían?, el reverso, el antipolpotismo, pero desde el fascismo. Entonces, existe la ingenua idea de que la democracia es un bien común, que está en la calle, que se respira como la fiebre porcina, que uno se contagia de democracia. No, la democracia no está en la atmósfera; sino en la construcción de la educación; es una adquisición cultural. No hay democracia sino hay educación. A un pueblo barbarizado por la pobreza, no se le puede exigir que sueñe con los valores de la democracia; la democracia es un bien muy reciente. En Atenas duró 150 años apenas; y todo el resto de la historia antigua es autocracia y barbarie. La democracia contemporánea tiene muy pocos años, con grandes carencias. En Europa, que se cree el barrio aristocrático del planeta, hace 60 años se bombardeaban entre ellos; ¿y en nombre de qué?, de ideas espantosas.En este régimen de Fujimori, más o menos se crearon 15 diarios, que estaban al servicio del fujimorismo. Actualmente hay algunos medios de comunicación que se autodenominan democráticos; pero la sombra que persiste de ellos hace que no sea vea tal democracia. ¿Qué opina de estos medios que aún le siguen haciendo daño al país?- Los medios de comunicación al servicio de fulano o mengano, merecen un juicio crítico pero no merecen la censura; son periódicos que existen y tienen el derecho de existir; algunos notoriamente repulsivos, ilegibles, pero tienen el derecho de existir; porque tenemos que meternos en la cabeza la idea de que la libertad del que habla distinto, la libertad del que nos ofende, esa es la libertad. La libertad del que habla igual que nosotros, del que se parece a nosotros, esa no es libertad, eso es amistad. La libertad es la que molesta, la del otro. Y, sí, hay prensa repulsiva, que pretende conducir al país otra vez a la idea del caudillo que salva, al Bonaparte que salva, que es la idea básica del fujimorismo. Esa es la idea de toda autocracia, de toda doctrina sin doctrina, la idea del hombre providencial. Es una idea absolutamente ridícula, contradicha mil veces por la historia. Pero es una idea; y se tiene que combatir con ideas. Aprender a decir no
¿Qué les puede decir a los jóvenes que han elegido esta carrera de Periodismo, y que ven en Ud. a un referente para ejercer la profesión con honestidad?-
HILDEBRANDT.- Que no vean tanta televisión, no confíen mucho en internet, porque los blogs están llenos de mentiras y de mitos, y, en todo caso, tienen las mismas virtudes y vicios que la prensa escrita; que lean libros, lean literatura. Se aprende a escribir leyendo; hasta la respiración y la sintaxis del idioma se aprende sólo leyendo; y que entiendan que el periodismo no sólo exige formación, sino también una suerte de preparación del carácter. Los periodistas tenemos no sólo que estar bien informados, estar al día, esforzarnos en documentarnos, sino también ser una suerte de atletas del temperamento, estar en forma en cuanto al carácter. ¿A qué me refiero? A poder pelear por una información, decirle no a un editor que nos quiere manipular, a poder enfrentarse con un jefe que quiera envilecer una noticia que hemos traído. Entonces, es imperativo tener carácter en el periodismo, imperativo. Y debería haber un ejercicio de esta naturaleza en los programas, un cursito de “Cómo construir un cierto carácter”. O, “Técnicas para decir no”. No, señor, no acepto. El periodista que miente… bueno… es como las vírgenes que dejaron de serlo. Lo que pasa es que en el Perú hay mucho abuso, de los patrones, en relación con los periodistas; porque los patrones, ahora, se han metido a las salas de redacción, opinan, tergiversan, mutilan; y, claro, los pobres chicos, asustados, creen que esto es así, que el patrón manda, que ellos obedecen; chamba es chamba, les dicen. Y sale mi amigo Federico Salazar y dice: “es que los periodistas somos empleados”. Empleado serás tú, anda allá, llévale el café al gerente de América, pero a mí no me hables así. Los periodistas no son empleados, por amor de Dios. Los periodistas son servidores públicos no integrados a la burocracia. Se deben al público, su patrón es el público, no el dueño. Y eso muchas veces no se les dice a los chicos, sino que se les lleva así al matadero, y los pobres chicos salen humillados primero y demolidos después; porque, claro, el que pierde la autoestima la perdió para siempre; y es bien difícil reconstruir una autoestima golpeada. Y obligar a mentir a un periodista, es el mayor crimen que puede cometerse. Y eso se hace en el Perú, todos los días y masivamente. Y eso es imperdonable. Y les diría que aguanten, y resistan; que no teman perder el trabajo, que siempre habrá otro trabajo; que se pueden inventar el suyo; ahora hay posibilidades tecnológicas de vivir un poco más independientemente, pero no se sometan a esta dictadura del dinero, con la que algunos pretenden que el periodismo se convierta en una extensión de las corporaciones y de los grandes intereses. Yo soy realista en el diagnóstico, pero soy optimista en el pronóstico. Creo que hay una reacción mundial frente a la dictadura del dinero; y creo que aquí, y en París, y en Washington, y en Bogotá, empieza a crecer una ola de resistencia de los periodistas a la dictadura del dinero en los medios. Claro que hay retrocesos; es una catástrofe mundial que Rupert Murdoch, el australiano fascista de la Fox, haya comprado el Wall Street Journal. Pero frente a eso, hay muchas otras cosas que nos llevan al optimismo, a pensar que los periodistas podemos reaccionar, y crear una suerte de Internacional de la Resistencia. Confío en eso; pero, para eso tiene que haber conciencia de que los periodistas no obedecen al dueño del periódico; los periodistas se han hecho para registrar lo que ven, no para ocultar lo que ven; su relación es con el público; episódicamente pertenecen a una planilla, sí; pero el dueño de ese periódico tiene un deber absoluto que es no tergiversar, no mentir.
El Colegio de Periodistas no existe ? ¿Qué opina de los colegios profesionales, que sienten que defienden los derechos de los hombres y mujeres de prensa?- No conozco a ningún colegio profesional que luche por los derechos de los hombres de prensa. Desconozco mayormente.
HILDEBRANDT.- No sé de qué me habla… Esto parece Thriller, de Michael Jackson… Son espectros… muertos…¿No existe el Colegio de Periodistas?- ¿Dónde está?, ¿dónde? No los veo. ¿Qué hacen?, ¿qué firman?, ¿dónde están sus comunicados?, ¿cuántas veces salieron a defender a la prensa calumniada en la época de Fujimori? ¡No existen! El Colegio de Periodistas es una farsa absoluta; no existe y punto; murió. Creo que no salió su obituario en El Comercio, por un error; pero ya va a salir… ya va a salir…
FOTO LEYENDA: La periodista Jesùs Leòn Angeles, docente universitaria de Chiclayo entrevistando a Cesar Hildebrandt en la capital de la amistad.