jueves, 25 de junio de 2009

LA LLAMADA QUE NO SE HIZO

De acuerdo con información nueva obtenida por IDL-SC, sí hubo comunicación entre el comando policial que dirigió el operativo de desalojo en Bagua y la subestación petrolera N°6 del Oleoducto Noriente Peruano hasta tres días antes de la toma de la Curva del Diablo por parte de la PNP. IDL-SC ha podido conocer que existía un teléfono fijo en la subestación y que el comandante PNP Miguel Montenegro, en ese momento jefe policial de la estación, y el coronel Humberto Lúcar, jefe del regimiento de la Diroes, conversaron varias veces.
Lúcar es uno de los policías que participó en el operativo “Volcán” que culminó con la muerte de Epifanio Espíritu Acosta, alias ‘JL’, y la captura de Richard Cahuana Yuyali, alias ‘Julián’, en el Alto Huallaga. En esa ocasión, pese a que la operación fue concebida, planeada y en gran medida ejecutada por los policías del GEIN bajo el mando del hoy general PNP Luis Valencia Hirano, jefe del Frente Policial Huallaga, se ascendió solo a Lúcar –que llegó en la parte final del operativo–, excluyendo así a los policías que hicieron la inteligencia y participaron en la ejecución del operativo.Esta injusta medida (sobre la que IDL-SC escribió en varias oportunidades Ver: El Operativo Volcán en Cerro Azul y Los marginados y los premiados) aún ha dejado resquemores profundos
El Coronel PNP Humberto Lúcar Espinoza.inteligencia y planeamiento fue menospreciado por la dirección policial y la conducción política del ministerio en el gobierno aprista. Ese desprecio por la inteligencia tuvo consecuencias nefastas el viernes cinco de junio en Utcubamba - Amazonas
De acuerdo con lo obtenido por IDL-SC, a través de varias fuentes con información directa de los hechos, el coronel Lúcar se comunicó en varias ocasiones con Montenegro. Durante su última conversación, Lúcar le informó que se iba a llevar a cabo el desalojo en la Curva del Diablo y le indicó que le avisaría sobre el día y la hora en que se desarrollaría el operativo para que pudiera tomar las previsiones del caso.
Ello habría incluido la posibilidad de elaborar un plan de evacuación para replegarse al cuartel militar cercano teniendo en cuenta, además, que los 37 policías que permanecían en la subestación al mando del comandante Montenegro estaban secuestrados por los nativos desde el 31 de mayo. Pero el día de las operaciones, Lúcar no llamó a Montenegro.
Los policías de la subestación Nº6 quisieron comunicarse con personal de la Dinoes para recibir información precisa, pero no tenían tarjetas con saldo suficiente como para hacer las llamadas. Algunos, se sabe ahora, escucharon a través de sus radios portátiles los incendiarios despachos de varios periodistas locales y temieron lo peor. Le pidieron con insistencia entonces, al comandante Montenegro, elaborar un plan de evacuación que consistía en armarse con fusiles AKM y salir de la estación -custodiada por más de mil 500 nativos- con la finalidad de llegar hasta el cuartel militar.
Pero Montenegro aparentemente supuso que si la situación fuera difícil hubiera recibido la llamada acordada. No pensó que sus vidas corrieran peligro y escogió negociar de forma pacífica, a través del diálogo, con los nativos. Fue una decisión fatídica.
La pregunta tiene ahora una urgencia mucho mayor ¿Por qué el coronel Lúcar no llamó a Montenegro? ¿Por qué no se le alertó del peligro inminente que iban a correr los 38 policías que estaban de rehenes en la subestación? IDL-SC se contactó con Lúcar, pero este cortó la comunicación sin responder.
Esta negligencia del comando policial exige una rigurosa investigación, así como un examen a fondo de la peor debacle operativa de la Policía en toda su historia. Pero todo indica que el ministerio del Interior no está interesado en esclarecer los hechos. Por lo contrario, varias acciones recientes apuntan a un concertado esfuerzo de ocultamiento.
IDL-SC ha tenido acceso al texto de la resolución ministerial Nº 0408-2009 de ascenso por acción distinguida, del jueves 18 de junio –que aún no ha sido publicada en el diario oficial El Peruano-, en la que se busca premiar a quienes participaron en esta catástrofe policial, antes de conocer siquiera las conclusiones de la investigación más básica.
En efecto, la resolución señala que: “Mediante Informe Administrativo Disciplinario Nº 003-2009-DIROES/OFAD-AEREHUM-INC del 16 de junio de 2009, se ha llegado a establecer que el 5 de junio de 2009 personal de la Policía Nacional del Perú perteneciente a la Dirección de Operaciones Especiales, Dirección Antidrogas, Dirección de Aviación Policial, III-Dirección Territorial de Policía-Chiclayo y IV-Dirección Territorial de Policía-Tarapoto pusieron en ejecución el Plan General de Operaciones Nº 08-DIREOP-PNP/EM-AFIPLO del 25 de mayo de 2009 “PARO AMAZÓNICO 2009” con la finalidad de desbloquear y restablecer el libre tránsito vehicular y peatonal del kilómetro 201 al 207 de la carretera “Fernando Belaunde Terry”, conocida como la “Curva del Diablo”, donde se encontraron apostados desde el 26 de mayo de 2009, un aproximado de MIL (1000) nativos y pobladores del lugar”
“Al tratar de desbloquear dicha vía, se encontró una turba enardecida provista de hondas, avellanas, napoleones, bombas molotov, armas contundentes (piedras, palos, machetes), con las que atacaron al personal policial”, refiere la resolución que tiene como respaldo los informes de Asesoría Jurídica de la Dirección de Recursos Humanos y del Consejo de Investigación para Oficiales Superiores y Oficiales de la Policía Nacional del Perú (CIOS). Ambas propuestas fueron elaboradas el mismo día.
En ese sentido, el documento indica que se ascenderán por acción distinguida en la modalidad “Acción de Armas” a cinco comandantes, un mayor y cinco capitanes.A continuación la lista de ascensos:
A coronel: comandante PNP Francisco Agurto García, comandante PNP César Arredondo Ramos, comandante PNP Walter Chicana Dett, comandante PNP Luis del Carpio Sánchez, y el comandante PNP Juan Fernández Guevara.
A comandante: mayor PNP Segundo Ocampo Aguirre.
A mayor: capitán PNP José Cotillo, capitán PNP José Huayllas Salazar, capitán PNP Witman Perales Cabrejo, capitán PNP José Torres Espejo, y el capitán PNP Óscar Zea Ponce.
Esto, según varias fuentes indignadas de la PNP es una manera de buscar comprar el silencio de los oficiales y suboficiales que participaron en el operativo. Sin embargo, IDL-SC pudo conocer que algunos generales en actividad se han opuesto a este ascenso por acción distinguida y han alzado su voz de protesta.
En esa misma línea, el general PNP (r) Óscar Ponce de León, presidente de la asociación Los Sinchis, durante una romería por el aniversario de dicha unidad policial en el cementerio de la Policía -el sábado pasado-, dio un discurso enérgico en el que exigía la renuncia de todo el gabinete ministerial.
“Tengamos presente siempre, que matar a un policía, representante de la ley y el orden, no solo debilita la democracia, sino que es el mismo Estado el que pierde credibilidad y autoridad ante su pueblo y a nivel internacional. Ante el sacrificio de nuestros dignos policías muertos, expreso mi dolor y descontento al gobierno del presidente (Alan) García y como la mayoría de peruanos, exijo la renuncia de todo el gabinete ministerial, como muestra de voluntad de enmienda”, sostuvo León, quien indicó a IDL-SC que “la ministra ha querido zafar cuerpo responsabilizando al comando de la PNP del operativo, cuando esa fue una orden política. Por ética, la ministra debería renunciar”.
Es cierto que el principio de autoridad civil sobre las fuerzas de seguridad no debe resquebrajarse, pero esta trágica debacle, la mayor pérdida de vidas policiales en toda la historia de la Policía, no fue producto del azar sino de un conjunto de órdenes y acciones que fueron desde la inaudita torpeza hasta la negligencia criminal. Y parte fundamental del ejercicio de la autoridad civil es saber enfrentar con valor las responsabilidades del sector que se dirige. (FUENTE: IDL - SEGURIDAD CIUDADANA) FOTO LEYENDA: CRNEL PNP HUMBERTO LUCAR ESPINOZA